En un hogar cristiano de la ciudad de Buenos Aires, vivía una joven familia que tenía como mascota un hermoso conejo color caramelo llamado TIMY.
Este simpático animalito corría y corría por el parque de la casa y le coqueteaba al perro de la familia vecina. Siempre listo y rápido TIMY escapaba de las fuertes mandíbulas del BOXER llamado GARY.
Durante semanas TIMY se le arrimaba y en cuanto GARY le miraba éste salía corriendo saltando con una velocidad que GARY nunca podía superar. Para evitar conflictos con los vecinos el papá de la familia decidió con esfuerzo colocar una red en la medianera para evitar que TIMY se pasara a la casa vecina, previendo que algún día el perro le atraparía y le haría daño. El pequeño conejo muy intrépido fue rompiendo la red con sus dientitos y haciendo un gran hueco por el que se iba a molestar a GARY. Una tarde que la familia salió a la reunión TIMY se pasó como era su mala costumbre a chusear al perro; pero esta vez no tuvo la misma suerte, el perro le tomó imprevistamente por el cuello y le sacudió de tal manera que lo atacó dejándolo casi muerto. Es ahora que TIMY debe vivir encerrado en una jaula porque el perro GARY entra constantemente por los huecos de la red que él mismo hizo y lo busca para atacarlo.
MORALEJA
Si coqueteamos con el enemigo y le abrimos huecos en nuestra vida para que el influya en nosotros, algún día nos atrapará.
Efesios 4:27 Ni deis lugar al diablo.
1 comentario
El pecado es como un vaso de veneno mortal. Evitemoslo.