En la pared de un manicomio fueron encontradas unas palabras escritas por un hombre con problemas y deficiencias emocionales. El hombre que encontró dichas palabras copió esas palabras, palabra por palabra, exactamente así como lo vio en la pared de ese manicomio y lo puso en su himnario. Estas son las palabras:
Si fuera tinta todo el amor,
Y todo el cielo un gran papel,
Y cada hombre un escritor,
Y cada hoja un pincel.
Nunca podrían describir,
El gran amor de Dios,
Que al hombre pudo redimir,
De su pecado atroz.
Allí en el manicomio, la gracia de Dios había tocado a ese esquizofrénico, estando en esa condición y en ese lugar, el Espíritu de Dios le habló de cuánto Dios lo amaba.
¡Qué insondable es la gracia de Dios! El amor que Dios produce en nuestras vidas refleja ese amor de Dios, lleno de gracia y verdad, Juan 1:14.