“Lloyd-Jones tenía la convicción que las Iglesias cometían un gran error cuando no esperaban que los niños estuvieran presentes durante un sermón… Los niños son tan capaces de estar conscientes de la presencia de Dios como los adultos, y bajo tal predicación pueden obtener impresiones que duren toda la vida. Aquel infante que escuchaba a Whitefield expresó: ‘él hace que Dios luzca grande’; consiguió algo que jamás olvidaría.”
— Iain Murray