T. E. McCully era el padre de Ed McCully, uno de los 5 jóvenes misioneros muertos por los indios aucas en Ecuador. Una noche, mientras orábamos juntos de rodillas, él oró: «Señor, déjame vivir lo suficiente para ver salvados a los que dieron muerte a nuestros chicos, y que pueda echar mis brazos alrededor de ellos, y decirles que los amo porque ellos aman a mi Cristo»