Durante la Guerra Civil en los EE.UU un hombre tenía un solo hijo el cual se alistó en los ejércitos de la Unión. El padre era un banquero, y aunque consintió que su hijo se alistase, no obstante parecía que esto había partido su corazón.
Llegó a interesarse profundamente en los soldados, y cuandoquiera que veía un uniforme, su corazón se iba tras él, pensando en su hijo querido. Gastó su tiempo, descuidó sus negocios, y dió su dinero para ayudar a que cuidasen de los soldados inválidos. Sus amigos lo amonestaron diciendo que no estaba bien que descuidara sus negocios e invirtiese tanto tiempo cuidándose de los soldados, así que decidió abandonarlo todo.
Después de haber llegado a esta decisión, un día entró en su banco un soldado con su uniforme casi descolorido y estropeado que mostraba en su cara y en sus manos las señales de haber estado en el hospital.
El pobre muchacho estaba tanteando en su bolsillo para cojer alguna cosa; cuando el banquero lo vió y se dió cuenta de lo que intentaba hacer, le dijo:
«Lo siento muchacho, pero hoy no puedo hacer nada por tí. Estoy sumamente ocupado. Tendrás que ir a tus oficinas y los oficiales se encargarán de tí.»
El pobre convalesciente continuó buscando en su bolsillo, pareciendo que no había comprendido lo que se le había dicho. y al poco rato sacó un pedacito de papel bastante estropeado en el cual habían algunas líneas escritas con lápiz. El banquero recibió el trozo de papel sucio y leyó estas, palabras:
«Querido padre: Este es uno de mis compañeros que fué herido en la última batalla y ha estado en el hospital. Te suplico que lo recibas como si fuese yo mismo.-Charlie.»
En un momento desaparecieron todas las resoluciones de indiferencia que este hombre se había formado. Llevó al muchacho a su magnífica casa, lo colocó en la habitación de Charlie, le hizo que ocupase el asiento de Charlie en la mesa, y lo cuidó hasta que el alimento, el reposo y el amor le devolvieron la salud y lo pusieron en condiciones de volver a arriesgar su vida por su patria.
Moraleja
“Amor significa colocar la propia felicidad en la felicidad de los otros.” Autor: Pierre Teilhard de Chardin