Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano se había acostumbrado a estar ahí. Comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo. Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida. El árbol podrido fue tragado por el cieno y él se dio cuenta de que iba a morir. En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo por que había olvidado cómo volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso.
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir. Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido. No importan los errores que se hayan cometido. No importa las oportunidades que se hayan dejado pasar. No importa la edad. Siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección para sacudirnos el cieno, y volar ALTO y muy lejos del pantano