Los hombres que hacen grandes cosas por el mundo son los hombres que, como Isaías, tienen grandes visones. Saulo de Tarso, en el camino de Damasco, vio a Jesucristo; y de aquella visión vino un poder de espíritu que se ha manifestado de una manera benéfica a través de veinte siglos. Lutero, en su celda de monje, tuvo una visión de lo espiritual, y de allí vino la Reforma Protestante con todas sus fuerzas de libertad y de progreso. El éxito del General Booth con el Ejército de Salvación, una organización que en menos de una generación ha circundado a la tierra, es simplemente la realización de lo que él vio.
— Rev. Roberto F. Coyle, D.D.