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Cuatro Velas se estaban consumiendo lentamente El ambiente estaba tan silencioso que se podí­a oí­r…

—¡Señor, te bendigo porque me permitiste ser un leproso! La enfermera, extrañada, le protestó: —Pero…¿cómo…

Alberto adquirió el compromiso de ser el encargado en su pueblo de pararse cada noche…

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