«La senda de los creyentes no es fácil. Ser cristiano no libra de todos los problemas. Pablo sembró humildemente y «con muchas lágrimas», pero nunca huyó, nunca se rindió. El mensaje de salvación era demasiado importante de manera que no perdió oportunidad alguna para anunciarlo. Y además, predicó el mensaje de diferentes formas y a diferentes audiencias. Sin embargo, el mensaje permaneció inalterable: arrepiéntase de su pecado y vuélvanse a Dios por la fe.»
Autor: William Tyndale