William Carey y sus acompañantes, los primeros misioneros bautistas que fueron a trabajar entre los Indostanos, tuvieron que hacerlo con todo rigor por el término de siete años antes de que el primer converso fuera bautizado. Cuando las iglesias que sostenían a esos misioneros se dieron cuenta de que después de tantos años de trabajo no se tenía el fruto que se deseaba, se desanimaron e intentaron retirarles la ayuda pecuniaria. Entonces Judson escribió a estas mismas iglesias y les dijo lo siguiente:
— Suplico a las iglesias que me sostienen, que tengan un poco de paciencia.
Esta misión se principió en el año de 1814; y en el año de 1870 había más de cien mil convertidos.
— El Expositor Bíblico.