Watchman Nee cuenta la historia de un cristiano chino que tenía un arrozal junto a otro cuyo dueño era comunista. El cristiano irrigaba su arrozal bombeando agua de un canal, para lo cual usaba una de esas bombas accionadas con las piernas que hace parecer al operador como si estuviera sentado en una bicicleta.Todos los días, después de que el cristiano había bombeado suficiente agua para llenar su campo, el comunista llegaba y quitaba algunos de los tablones que mantenían el agua en el arrozal del cristiano, y dejaba que el líquido entrara a su propio campo. De ese modo no tenía que bombear por sí mismo.
Esto continuó día tras día. Finalmente el cristiano oró: “Señor, si esto sigue así, perderé rodo mi arroz, y quizá hasta mi campo. Tengo una familia que sustentar. ¿Qué puedo hacer?”
En respuesta a su solicitud, el Señor puso un pensamiento en la mente del chino. A la mañana siguiente se levantó mucho más temprano, antes de que amaneciera, y comenzó a bombear agua dentro del campo de su vecino comunista. Luego colocó de nuevo los tablones y bombeó agua en su propio arrozal. A las pocas semanas ambos campos se encontraban bien… y el comunista se convirtió.