¿Qué tienen en común Superman, Batman y Capitán América? Una pista: no tiene nada que ver con sus poderes especiales. La respuesta es que al igual que muchos otros superhéroes de historietas del siglo XX, fueron creados por hijos de inmigrantes judíos en Nueva York.
El hombre de acero nació en 1934 de la imaginación de Jerry Siegel y Joe Shuster, segunda generación de inmigrantes judíos de Europa Oriental en la Gran Manzana. Will Eisner, extinto padre de la novela gráfica estadounidense y creador del detective enmascarado que protagonizó la historieta The Spirit, vinculó la emergencia de Superman con la necesidad de los judíos de tener «un héroe que los protegiera» en plena expansión del fascismo.
En los Estados Unidos de la Gran Depresión hubo otros superhéroes creados por hijos de inmigrantes judíos, como el Capitán América de Jack Kirby, o Batman, del artista Bob Kane. Al igual que ocurría en sus historias de ficción, algunos de estos creadores ocultaron sus verdaderas identidades con nombres artísticos (el nombre original de Kane era Robert Kahn), en procura de integrarse mejor en la sociedad estadounidense.
Algunos han encontrado nexos con el Ubermensch o Superhombre, explorado por el escritor alemán Friedrich Nietzsche en su obra filosófica «Así hablaba Zarathustra». Pero el hecho que sus creadores fueran judíos y que su nombre de nacimiento, Kal-El, se asemeje a las palabras hebreas «la Voz de Dios», hace que muchos vean una dimensión religiosa.
La huída de Superman cuando era niño de Krypton justo antes de su destrucción se ha comparado con la historia de Moisés.
La película de 1977 tiene claros paralelos con creencias cristianas, con Jor-El (Marlon Brando) enviando «su único hijo (…) para mostrarle el camino» a la humanidad.
¿qué os parece?, mucha coincidencia incluso con Jesús ¿verdad?