En un discurso que George Müller pronunció a pastores y evangelistas después que había cumplido los noventa años, dijo: «Fuí convertido en Noviembre de 1825, pero mi corazón no lo entregué por completo, hasta cuatro años más tarde, en Julio de 1829. El amor al dinero despareció para mí; el amor de lugar desapareció; el amor de los placeres mundanos desapareció. Dios y sólo Dios, fué todo para mí. En El encontré todo cuanto deseaba, y no quise ninguna otra cosa. Y por la gracia de Dios, ésta ha permanecido y me ha hecho un hombre feliz, un hombre excesivamente feliz, y me condujo a que solamente me ocupase de las cosas de Dios. Os pregunto con gran cariño, hermanos queridos, ¿habéis entregado completamente vuestro corazón a Dios, o existe esta o aquella otra cosa que quebranta vuestra relación con Dios? Antes leía un poco de las Escrituras, pero prefería otros libros; pero desde aquella vez, Su revelación me ha bendecido de una forma que no puedo describir; y puedo decir desde lo más profundo de mi corazón, que Dios es infinitamente amoroso. No estéis satisfechos hasta que en lo profundo de vuestras almas, podáis decir, ¡Dios es infinitamente amable!»
Un médico entró en el hospital de prisa después de haber sido llamado…a una cirugía…