Cuando Sir Walter Scott estaba para morir, pidió “El Libro”. Uno de los miembros de su familia, pensando que el moribundo se refería a alguno de los muchos volúmenes que había escrito y que guardaba en su biblioteca, preguntó:
— ¿Cuál libro? Entonces Sir Walter Scott dijo:
—No hay sino un Libro para un momento como este: Ese Libro es la Biblia.
En un descuido, un elefante le pisó una patita a la hormiga con la que…
