Todo el mundo está buscando la felicidad, y la gente sigue muchas rutas en la vida para tratar de encontrarla. La buscan en el dinero, las fiestas, programas de mejoría propia, autos sofisticados, casas lujosas o la promoción de una causa.
Esa es la lista equivocada. La lista correcta se encuentra en Mateo 5. Jesús nos enseñó que la felicidad profunda y duradera viene de estar bien con Dios. í‰l dijo que somos bienaventurados, o felices, cuando: Somos pobres en espíritu, reconociendo nuestra desesperada necesidad de Dios.
- Lloramos, dándonos cuenta de lo horrible que es el pecado y lamentándonos genuinamente por él.
- Somos mansos, demostrando dominio propio incluso cuando nos tratan mal.
- Tenemos hambre y sed de justicia, anhelando ser santos y puros.
- Somos misericordiosos, mostrando misericordia a otros así como Dios nos la muestra a nosotros.
- Somos puros de corazón, sin doblez y sinceros en nuestra devoción a Cristo.
- Somos pacificadores, compartiendo la paz que Cristo ofrece y promoviendo la paz los unos con los otros.
- Somos perseguidos, estando dispuestos a sufrir por causa de Jesús.
Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. –Mateo 5:3.
¿Buscas la felicidad? Sigue el camino de Cristo.
La Felicidad depende de lo que seas, no de lo que tengas.