Esta es la historia de una profesora que fue enviada a enseñar a un muchacho enfermo acerca de los sustantivos y verbos, ya que él no debía retrasar su aprendizaje mientras estaba enfermo. Cuando ella llegó allí, encontró que el muchacho estaba realmente moribundo, y ella pensó que seguramente la última cosa que él necesitaba era ser enseñado sobre los sustantivos y verbos, pero a eso la enviaron, y entonces ella lo hizo.
Después los doctores encontraron que el muchacho empezó a mejorar, y estaban asombrados por su progreso. Ellos se habían rendido porque su cuidado médico parecía incapaz de sanar su enfermedad. Después de que él se recuperó, una enfermera le preguntó por qué él había empezado a luchar cuando parecía que se había rendido. El dijo, “Si la escuela hubiera pensado que yo iba a morir, no habrían enviado una maestra que me enseñara los sustantivos y los verbos.”
La profesora no le dio sólo conocimiento de sustantivos y verbos. Ella le dio esperanza.